Es un nuevo inicio de año regular donde se pueden ver la congestión vehicular, una mayor cantidad de personas en la calle y el alto grado de contaminación ambiental asociado.
En esta época puede que se tripliquen los viajes en bicicleta porque hay más tramites que hacer o más pedidos para los que trabajan en este medio de transporte. Se sabe de la eficacia de la “cleta” ante la posible falta de estacionamiento y acortamiento de los tiempos y distancias a la hora de llegar a determinado lugar.
Por estos y muchos otros motivos más es que cada cierto tiempo las autoridades anuncian la apertura de nuevos tramos de ciclovías o de mobiliario público asociado como es el caso de una hilera de bicicleteros.
Ya no se puede decir que responden a una moda, sino que son una necesidad real que ayuda a miles de usuarios al poder dejar su bicicleta cuando se llega a destino.
También son mejores condiciones urbanas para el desplazamiento a través de la infraestructura vial, que cada vez ve como se va complementando con kilómetros de ciclovías.
Por defecto son vistosos pero no hay que perder de vista su gran utilidad, puesto que se puede poner la “cleta” a resguardo por bastante tiempo.
Tener una bicicleta no es un problema, sino que al contrario para muchos representa un alivio, mejor traslado e inclusive una mejor forma de hacer las cosas.
Y es que es inevitable buscar un bicicletero cuando se anda por ahí en dos ruedas, ya que son una garantía de tranquilidad al bajarse y poder dejarla estacionada.
Son productos que van de la mano, puesto que quien adquiere una bicicleta no puede sino pensar primero en guardarla en casa y después en destinos donde hay bicicleteros para una salida más segura.
Hoy en día casi no se puede concebir una ciudad moderna sin al menos uno de estos artículos de seguridad para la bicicleta.
Sin ir más lejos una ciudad moderna que se aprecie de tal no puede no contar con este tipo de infraestructura pública que robustece el mobiliario público, haciendo mucho más fluído el tránsito por sus calles y avenidas.
