- Una columna de Francisco Santibáñez, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Debido a la incursión de las criptomonedas han surgido voces favoreciendo la digitalización de las monedas, a través de la emisión de dinero digital por los Banco Centrales y en última instancia la desaparición del dinero físico.
Si bien puede parecer un paso evidente, la digitalización también conlleva un conjunto de riesgos y apunta en la dirección contraria a la tecnología de blockchain.
Desde un punto de vista práctico podría dejar a millones de personas fuera de sistema económico en la medida que no contaran con billeteras digitales o estuvieran bancarizados, ello sin considerar la necesidad de conectividad (Internet) y problemas de seguridad. Por tanto, se requeriría una alfabetización digital de millones de personas y la existencia de sistemas extremadamente seguros y robustos, más la conectividad total y segura de cada espacio geográfico de una nación.
Adicionalmente, no sólo es necesaria la seguridad contra el cibercrimen sino también la confiabilidad del sistema que evite fallas y pueda dejar a millones de personas sin poder realizar transacciones.
Desde otro punto de vista, la blockchain atenta contra el corazón de su existencia, que radica en la descentralización, la inmutabilidad y la insensorabilidad de las operaciones.
La blockchain busca desintermediar la industria y así evitar la dependencia de sistemas centralizados. En tal contexto, la creación de una moneda nacional digital apunta exactamente en el sentido opuesto, ya que implica la centralización de todas las operaciones y una pérdida de libertades individuales. Esto implicaría que aquellos individuos que no contaran con billeteras digitales pasarían a estar excluidos del sistema, lo cual otorgaría un poder de discreción gigantesco a la entidad central. Este escenario, podría llevar a situaciones de arbitrariedad. Por ejemplo, ¿qué pasaría si el sistema por error excluyera a individuos; y si lo hiciera con conocimiento y voluntad?; el Estado pasaría a controlar a las personas a través de sus exclusión o inclusión en el sistema económico. Esto reviste un riesgo enorme y un peligro inminente para las libertades personales.
Esta discusión reviste cada vez más relevancia con el crecimiento y tenencia de criptoactivos, algunos escándalos financieros y la promulgación de la ley Fintech. Respecto a este último punto, ya existe un marco regulatorio en Chile y un Banco Central que puede intervenir en el caso de criptoactivos que se utilicen como medios de pago. Por tanto, es muy bueno que esta discusión sea abordada y se formule en todas sus aristas y dimensiones.