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Proyecto de ley de Servicio de Auditoría Interna de Gobierno y la importancia de un control interno ágil

  • Por: Mauricio Alvarado, Encargado de Control Interno y Gestión de Riesgo de Solunion en Chile

Recientemente, se ha iniciado un proyecto de ley mediante el Mensaje del Presidente de la República, el cual persigue la instauración del Servicio de Auditoría Interna de Gobierno (SAIG). Este servicio tiene como propósito la creación de una entidad pública especializada en la evaluación interna de las actividades gubernamentales. La intención es reforzar las responsabilidades de esta función, concediéndole amplias facultades, al tiempo que se fortalecen las unidades de auditoría interna de la Administración del Estado.

En este contexto, el SAIG se erige como un pilar fundamental para promover la rendición de cuentas y la eficacia en la gestión gubernamental, contribuyendo de manera activa a la consolidación de un sistema administrativo más eficiente, transparente y orientado al servicio público. Su estructura descentralizada y su autonomía patrimonial le confieren la flexibilidad necesaria para desempeñar su papel de manera imparcial y objetiva, garantizando así la credibilidad y confianza en sus funciones de auditoría interna.

Como toda organización, el gobierno en la actualidad se encuentra inmerso en un mundo en constante y rápida evolución. Por ende, la capacidad de adoptar metodologías ágiles se ha convertido en un elemento fundamental. Este enfoque, si bien impulsa la flexibilidad y la capacidad de adaptación a cambios rápidos, también plantea la necesidad crítica de no comprometer los controles fundamentales.

En este sentido, una de las mejores prácticas consiste en perseguir objetivos cortos y medibles, evaluándolos durante los mismos sprints del proyecto. Esto posibilita la medición de las metas clave en cada etapa del plan, lo que permite conocer de forma rápida y objetiva el entorno de vigilancia y la tolerancia al riesgo.

Además de constituir un desafío notable en la cultura organizacional, la importancia de la colaboración entre los equipos encargados del control interno y riesgo operacional se magnifica en un entorno en constante evolución. En este sentido, resulta imperativo que estos equipos no solo actúen como una segunda línea de defensa, sino que también desempeñen un papel proactivo en la anticipación y mitigación de posibles riesgos emergentes.

En la era de la transformación digital que estamos experimentando, la adaptabilidad y la flexibilidad son dos conceptos indispensables que también deben aplicarse en esta área. Al hacerlo, se podrán abordar a tiempo posibles errores en las gestiones internas, minimizando su impacto. Además, se generarán períodos más eficientes para la entrega de resultados de alto valor.

En última instancia, la capacidad de esta área para adaptarse a los cambios no solo se manifiesta en una mera supervivencia, sino también en la generación constante de valor. Al ofrecer revisiones y monitoreo continuo, no solo se facilita la toma de decisiones, sino que se establece un sólido cimiento para la innovación y el crecimiento sostenible tanto del gobierno como organización, como de otras entidades en el ámbito corporativo.

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