Cuando se tiene una empresa familiar se puede contar con dos cosas: un buen patrimonio y poco tiempo para tomar decisiones al respecto. He aquí donde radica la importancia de los family office.
No son muchos pero hacen un trabajo de joyería si se busca una analogía cuando se trata de asegurar el patrimonio presente y de futuras generaciones de un grupo familiar con un importante poder adquisitivo.
Quizás ya dejó de ser una mera tendencia de carácter más bien reciente en el país, poniendo su expertise al servicio de grandes patrimonios. Todo ello con el afán de que el empresario pueda tener una ayuda responsable cuando no es el tiempo lo que sobra precisamente.
La inversión nunca dejará de ser tema, sobre todo en tiempos complejos para todo bolsillo. Esto es igual para grandes patrimonios como para personas naturales que buscan donde invertir.
Sin más, muchos dueños tienen la creencia de que y a es una frase que se escucha con frecuencia “la empresa es primero”, dejando de lado decisiones que tienen que ver con finanzas e inversión.
Bajo este punto de vista es que los family office tienen más que justificada su existencia. La idea es poder asesorar de forma integral a los grandes patrimonios que hay en Chile.
El objetivo es, valga la redundancia,. asesorar de excelente forma, ahorrando tiempo a empresarios que pueden ser muy buenos haciendo negocios, pero que no tienen las horas suficientes para aprender a invertir de buena manera.
Hoy en día son las nuevas generaciones las que han entendido la importancia de ya sea tener una oficina de finanzas personalizadas en sus propias dependencias de la empresa o de tener un apoyo externo para consultar en este aspecto cuando se estime conveniente.
Y es que la inversión no es un tema fácil por lo que muchas familias han decidido contar con un family office (que puede asesorar de forma externa) en esta materia, que muchas veces parece que fuera una ciencia pero que en realidad hace falta el saber que instrumentos utilizar para entregar un completo portafolio de opciones.
