Por: María Inés Albornoz, Gerente Comercial y de Marketing de Solunion en Chile
El crédito es una herramienta financiera esencial para las empresas, tanto en su operación diaria como en su expansión. Existen dos tipos principales de crédito. Por una parte, el crédito financiero, que hace referencia a los préstamos otorgados por entidades bancarias y financieras para capital de trabajo, inversiones o adquisiciones. Y por otro, el crédito comercial, que es aquel que las empresas otorgan a sus clientes a través de ventas a plazo. Este tipo de crédito es fundamental para la operación diaria de muchas empresas, permitiéndoles mantener una relación fluida con sus proveedores y clientes.
En Chile, el 66% de las empresas operan con ventas a crédito, lo que demuestra la importancia de contar con una política crediticia adecuada, ya que ésta garantiza que los clientes paguen a tiempo y facilita la evaluación de su solvencia, reduciendo así el riesgo de impago.
Beneficios de vender a crédito:
- Expansión de clientes y mercados: Vender a crédito permite a las empresas acceder a un público más amplio, incluyendo a aquellos clientes que no pueden pagar de inmediato. Esta estrategia puede resultar aún más interesante en mercados de exportación, donde los términos de pago pueden suponer una ventaja competitiva y resultar un atractivo para la captación de clientes. Sin embargo, con esta expansión hacia mercados internacionales surgen riesgos adicionales, tales como el impago de clientes extranjeros.
- Mejora del flujo de caja a largo plazo: Si bien la venta a crédito puede representar un desafío para el flujo de caja a corto plazo, su correcta gestión puede contribuir a una mayor estabilidad financiera en el tiempo. Implementar estrategias como la evaluación de riesgo crediticio, el establecimiento de plazos adecuados y el seguimiento de pagos permite a las empresas reducir la incertidumbre y optimizar la administración de sus ingresos, evitando impactos negativos en su liquidez.
- Generación de relaciones comerciales sostenibles: La venta a crédito no solo facilita la expansión de la base de clientes, sino que también permite generar relaciones comerciales a largo plazo basadas en la confianza y la fidelidad. Al ofrecer condiciones de pago flexibles, las empresas demuestran su compromiso con el bienestar financiero de sus clientes, lo que puede fortalecer la relación y fomentar una mayor lealtad. Sin embargo, para que esta estrategia sea efectiva, es crucial contar con un sistema de evaluación de riesgo robusto y preciso. Aquí es donde entra en juego el seguro de crédito, que no solo protege a las empresas contra impagos, sino que también proporciona información crucial sobre la solvencia de los clientes. Esta información permite a las empresas tomar decisiones informadas sobre a quién extender el crédito y en qué condiciones, lo que contribuye a la creación de relaciones comerciales más saludables y sostenibles.
En este sentido, el seguro de crédito se presenta como una herramienta fundamental para mitigar el impacto financiero de los impagos. Al contar con esta cobertura, las empresas pueden protegerse contra la insolvencia de los clientes, garantizando que las cuentas por cobrar no afecten su flujo de caja. Esta protección es especialmente relevante en mercados internacionales, donde los riesgos de impago pueden ser más elevados debido a la distancia geográfica y las diferencias en los marcos regulatorios.
A pesar de su relevancia, muchas empresas en Chile aún no consideran el seguro de crédito dentro de su estrategia financiera. Según datos recientes, solo un 0,6% de las empresas en Chile utiliza pólizas de seguro de crédito, dejando al resto expuestas a riesgos significativos de impago. Esto se debe, en gran parte, a la falta de conocimiento sobre sus beneficios y a la percepción errónea de que es una solución inaccesible o compleja.
Es fundamental educar al mercado sobre el rol del seguro de crédito como un aliado estratégico: protege frente a impagos y permite a las empresas operar con mayor confianza, especialmente en tiempos de incertidumbre económica.
En un entorno económico desafiante, gestionar correctamente el crédito y utilizar herramientas como el seguro de crédito son pasos fundamentales para garantizar la solvencia y el crecimiento a largo plazo de las empresas.