Tras superar la grave crisis económica de diciembre, el Presidente del Directorio de TVN comenta que hoy es clave recuperar audiencia, especialmente en el bloque matinal, pero sin perder la esencia de educar e informar en forma veraz, oportuna y positiva.
Por Pierine Méndez Yaeger
A pesar de su jovialidad y buen ánimo permanente, las últimas semanas no han sido fáciles para Francisco Vidal, presidente del directorio de TVN.
De hecho, a pocos días de cumplir un año en el cargo, sus asesores le informaron que la “caja institucional” estaba prácticamente en cero, lo cual significaba que no había recursos para pagar los sueldos de enero y febrero.
Situación que, en la práctica significaba que TVN dejaría de existir como estación televisiva, lo que hubiese provocado un auténtico terremoto, no solo comunicacional, sino también político.
Sin embargo, a Francisco Vidal esas situaciones desafiantes no lo atemorizan. Al contrario, para quien fuera ministro de Estado, durante los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, todo desafío es una oportunidad de éxito.
Y por eso, con la misma calma que suele tener para analizar la situación del país, fue donde el Presidente Gabriel Boric, para exponerle la necesidad urgente de conseguir nuevos recursos, mediante un préstamo con aval del Estado.
Esta gestión de último minuto permitió superar exitosamente, la crisis. Sin embargo, en palabras del propio Francisco Vidal, «es una solución que está muy lejos de ser la ideal».
Más aún, y tal como el presidente del directorio de TVN enfatiza una y otra vez, el actual escenario de contingencia y de bajos ingresos que afecta a todos los canales de televisión en Chile y el mundo, “exige que el Estado genere, en forma permanente, los recursos que esta estación necesita para cumplir la misión que la propia Ley le ha conferido”.
– ¿Cómo podría resumir su gestión al frente de Televisión Nacional? ¿Ha sido un desafío más complejo de lo que esperaba?
No completamente, porque tengo la ventaja de que ya estuve en este mismo cargo entre 2006 y 2007. Pero, además, tengo muy clara la situación de la industria en general, y si se compara a Televisión Nacional, con el resto de los medios nacionales, es como comparar a Hollywood con Bangladesh.
Ahora bien, esto no es culpa de las administraciones anteriores, sino que está relacionado con el descenso general de la publicidad. Durante los últimos 10 años, 80% del financiamiento de TVN provino de la publicidad, pero hoy las empresas han reducido significativamente la inversión publicitaria en televisión abierta, no solo en Chile, sino también en todo el mundo.
Por ejemplo, durante mi anterior período, ese gasto era de alrededor del 50%; pero en 2014 se transformó en 36%; el año pasado, en 25%; y este año, en 22%. Es decir, nuestra principal fuente de financiamiento va disminuyendo, lo cual afecta a todas las estaciones y no solo a TVN.
Más aún, y a diferencia de los otros canales, la propia Ley nos exige mantener un conjunto de pilares que son parte esencial de nuestra misión pública: una señal internacional, nueve estaciones regionales, un canal cultural infantil, una central de archivos digitales y unas 150 torres de transmisión en todo Chile, para ampliar nuestra cobertura. Mantener todo eso cuesta alrededor de 10 mil millones pesos al año, lo cual nos ha provocado un escenario de constantes pérdidas, que desde 2014 a la fecha suman unos 78.000 millones de pesos.
– ¿Entonces, TVN está en medio de un camino sin retorno?
No si el Estado reconoce que hoy el escenario ha cambiado, y que debe aportar más recursos para su funcionamiento en forma permanente. Algo que, a diferencia de lo que el común de las personas puede creer, no ha sucedido desde 1992.
De hecho, la primera iniciativa en tal sentido provino del gobierno de Sebastián Piñera, quien envió un proyecto de Ley que, por primera vez desde 1992, le inyectaba al canal, vía presupuesto de la nación, 4.000 millones de pesos al año.
Y aunque en su momento esa cifra podía parecer elevada, o antojadiza, en la práctica apenas alcanza a cubrir dos de los ítems que mencioné antes: la señal internacional y los nueve centros regionales. Por eso que durante la actual administración se agregó a ese proyecto, que aún está en trámite en el Congreso, una indicación que aumenta este subsidio a 5.500 millones, lo cual de todos modos sigue siendo insuficiente, pues en el actual escenario la inversión publicitaria de las empresas en televisión abierta seguirá descendiendo hasta alcanzar un piso de 15%, tal como acontece hoy en Europa, por ejemplo.
– ¿Las empresas invierten menos en publicidad?
En realidad no se trata de que las empresas gasten menos en publicidad, sino que ese gasto se ha reorientado significativamente. Por ejemplo, el año pasado las empresas chilenas invirtieron, en conjunto, cerca de novecientos mil millones de pesos en publicidad, que equivalen aproximadamente a 900 millones de dólares al cambio a actual.
Es decir, las cifras globales se mantienen más o menos estables, pero lo que sí ha cambiado es que hoy 51% de esta inversión se destina a plataformas digitales. En segundo lugar, quedan los canales de TV, con 25%; en tercer lugar, la vía pública con 10%; en cuarto lugar, la radio con 7%; en quinto lugar, la prensa escrita con 3%; y el resto es para los canales por cable.
– Vale decir, es como trabajar con una espada de Damocles de manera permanente.
Claro, pero eso tampoco implica que podemos quedarnos de brazos cruzados y lamentando nuestra suerte. Por eso que hoy, con apoyo de todo el directorio, donde hay integrantes de gobierno y oposición, decidimos reformar a nuestro equipo directivo, nombrando a nuevos líderes a cargo de la dirección ejecutiva, la dirección de contenidos y la dirección de prensa, quienes tienen el encargo de “olvidarse” de la crisis de la industria y de la baja en la publicidad, para abocarse solamente a un objetivo: recuperar audiencia.
– ¿Y cómo se puede revertir este escenario actual donde hoy aparecen tan rezagados, frente a la competencia de las estaciones privadas?
En realidad, terminamos igual que el año pasado. Es decir, no estamos tan mal, porque no seguimos cayendo en la sintonía. Tal como apareció publicado hace poco en el diario El Mercurio, la sintonía anual sigue siendo liderada por Mega, con 6,6 puntos; seguido por Chilevisión, 6,1; Canal 13 con 5,6; y nosotros con 3,8. Es decir, logramos detener la caída y mantenernos, lo cual es positivo.
– Pero de todo modos siguen estando en el último lugar…
Claro, pero hoy ya podemos ver que algunas buenas inversiones que se hicieron, a pesar de la situación financiera, están dando resultandos. Por ejemplo, el programa “Ahora caigo”, nos ha ayudado a reforzar el noticiero; y el programa “Mi nombre es”, nos ha ayudado a recuperar audiencia en la franja nocturna. Eso nos brinda un buen piso de sintonía para el día siguiente. De hecho, 60% a 65% de los ingresos por publicidad que obtenemos hoy, ingresan por la programación que se transmite entre las 19:30 y las 00:00 horas. Sin embargo, todavía tenemos por delante la misión de mejorar la enorme caída de sintonía matinal, que hoy se traduce en cinco horas de transmisión continua con sintonía muy baja.
– Entonces, ¿todo el esfuerzo se resume a reforzar la programación matinal?
Es el objetivo principal. Pero también quiero enfatizar que no se trata de hacer cambios que nos hagan perder nuestra esencia como señal pública. De hecho, esa misma esencia nos ha brindado otras grandes satisfacciones como, por ejemplo, los buenos resultados obtenidos con la señal 24 horas; o el canal cultural infantil NTV que hoy compite con los más grandes del mundo; o la central de archivo que tiene más de 60.000 horas digitalizadas, y donde atendemos a un enorme cantidad de personas, básicamente de universidades y centros de estudio, a quienes no se les cobra un peso por acceder al material, salvo que sean privados que deseen obtener material con fines de lucro.
– Es una situación muy paradójica…
Claro que sí. Pero en realidad este es un canal curioso, porque a pesar de estar en el cuarto lugar de la audiencia nacional, seguimos teniendo una señal noticiosa, un canal cultural infantil y una central de archivo que son motivo de orgullo. Sin embargo, también tenemos claro que hoy nuestra tarea principal es recuperar sintonía en la señal uno, que es la que obtiene 99% de todo nuestro financiamiento. Un desafío que esperamos asumir manteniendo nuestra línea editorial, porque la idea es alejarnos de los escándalos, de la crónica roja en exceso o de la farándula sin sentido, porque aún cuando pudiese significar más financiamiento, sería una mochila más, en lugar de un beneficio.
Por eso, estamos empeñados en seguir incrementando contenidos como la transmisión de la Novena Sinfonía de Beethoven desde el Estadio Nacional, que se hizo en diciembre pasado en conjunto con la Universidad de Chile, y que en su momento culminante llegó a 3,5 puntos de audiencia, es decir, cerca de un millón de personas sumando a todas las plataformas. Algo que desde el punto de vista de la lógica estrictamente comercial, no era conveniente para un sábado en la tarde-noche, pero que para nosotros, como parte de nuestra línea editorial, es intrínsecamente valioso. Esa es la esencia, la misión y la vida de TVN, y así vamos a competir con los reality shows y otros programas de farándula, sin renunciar a cumplir nuestra misión.
– ¿Y no han pensado en revivir su área dramática para seguir mejorando en sintonía?
Claro. Pero en este momento y en el estado en que están las cosas es muy difícil, por no decir imposible, porque el costo de mantener un área dramática es enorme. Por eso, nuestra política actual es estabilizarnos, recuperar audiencia, esperar que se apruebe el proyecto de Ley de subsidio, y lograr superar nuestra deuda.
– En ese sentido, ¿Qué tan complejo fue plantear al gobierno la urgencia de obtener recursos adicionales para seguir funcionando? ¿Fue una situación límite?
Primero que todo, debemos ser justos y reconocer que quién hizo el primer esfuerzo para mantener funcionando TVN fue Sebastián Piñera, en 2021. También destaco las gestiones de mi antecesora, Andrea Fresard Lemmermann, quien logró obtener un préstamo por 48 mil millones de pesos que le permitió cerrar la deuda histórica del canal, que hoy alcanza a 55 mil millones y cuya primera cuota se paga este 27 de enero.
En medio de este complejo cuadro, se dio nuestra reunión con el presidente Boric, donde expusimos toda la cruda verdad y tras la cual se logró el aval para obtener un nuevo crédito que nos permitiera financiar las operaciones del canal, pues en ese momento no había flujo de caja para pagar los sueldos de enero y febrero, lo que en la práctica significaba el término de las operaciones.
– ¿Fue una situación muy angustiante?
Por supuesto, pero muy necesaria, y así se lo planteé al presidente. Y por eso logramos que se promulgara el decreto que nos permitió contar con el aval del Estado para un nuevo crédito por 24.000 millones de pesos. Ahora bien, de ese monto, vamos a gastar 12.000 millones en 2025, y dejaremos el resto como reserva para operar en 2026, confiando en que seguiremos recuperando audiencia. Por eso, y tal como ya he asegurado en otros medios, Televisión Nacional no va a cerrar durante este gobierno, porque ya hay recursos para funcionar como mínimo hasta finales de 2026. Pero ahora falta que el Congreso tome la iniciativa y apruebe la Ley de financiamiento permanente.
– ¿Y si en este período se aprueba ese proyecto de Ley?
Bueno, si el Congreso lo aprueba, esa inyección permanente de 5.500 millones de pesos anuales ayudaría bastante a resolver parte de nuestros problemas de financiamiento, aunque, para ser sincero, veo difícil que suceda en estos momentos.
– Pero, más allá de que esa Ley se apruebe o no, las metas para TVN siguen siendo las mismas.
Por supuesto, nuestro principal objetivo, como ya dije, es mejorar la audiencia durante las mañanas, pero sin perder de vista el hecho de que nuestra línea editorial no radica en exacerbar la crónica roja, ni los portonazos, ni tampoco la farándula. Y no se trata de desinformar a la gente, como muchos critican sin fundamento, sino de informar en forma veraz, en su justa medida y transmitiendo más valores positivos.
Por eso confiamos en que vamos a recuperar la competitividad en el corto a mediano plazo y volveremos al sitial que alguna vez tuvimos, reafirmando nuestra tradición y mejorando las audiencias, haciendo que nuestros programas pasen del cuarto lugar, al tercer lugar, y así sucesivamente. Y no es un objetivo muy lejano, pues ya está ocurriendo en el bloque que comienza a las 19:00 horas. Así que nuestro desafío es tomar ese resultado positivo, y proyectarlo a los demás bloques de programación, especialmente en el matinal.
– ¿La sintonía es la clave de todo?
Es muy importante, pero también debemos recordar que aun cuando tuviésemos una programación con 10 puntos de sintonía promedio, o fuésemos los primeros, la baja en los ingresos por publicidad y los costos fijos que tenemos para mantener la señal internacional, el canal cultural infantil, las señales regionales, la central de archivo y la infraestructura de transmisiones, nos recuerdan que este esfuerzo no serviría de nada, sin un aporte anual permanente del Estado. Así de simple.
Y no es algo antojadizo, sino una expresión del escenario mundial actual. Además, tampoco se trata de una solución disparatada, porque en los otros canales privados sus propietarios también aportan capital cuando se requiere. La diferencia es que nosotros requerimos de una Ley para eso. Y en la historia de TVN solo hubo un aporte de capital estatal que se gestó durante el segundo gobierno de Bachelet y que fue operado durante la administración de Sebastián Piñera. Fueron 65 millones de dólares, de los cuales USD18 millones fueron para la creación de la señal NTV, y el resto se destinó a darle oxígeno a la estación por cuatro años. Pero todo eso son soluciones temporales. Así que en lugar de estar buscando préstamos y soluciones de emergencia, es mucho más eficiente y coherente, tener un aporte estatal permanente.
– ¿Y este esfuerzo de austeridad no se contradice con la contratación de nuevos rostros, que implica un gasto mayor?
No, porque esos “nuevos rostros” que se mencionan ya están neteados. Es decir, es un costo que se equilibra con otros ajustes interiores. Además, se trata de contrataciones que vienen a repotenciar nuestro esfuerzo por recuperar sintonía y volver a un mejor sitial de audiencia. Todo esto forma parte del esfuerzo realizado por la actual administración, incluyendo la incorporación de nuevos directivos en programación, prensa y dirección ejecutiva, para así lograr en la programación matinal los mismos buenos resultados que ya estamos obteniendo en la tarde.
– Ahora bien, más allá de estos esfuerzos, desde el punto de vista personal ¿cree que sigue siendo viable un canal público en Chile?
Por supuesto, no solo es viable, sino también necesario. En el ecosistema de medios que existe en nuestro país, donde existe un enorme grupo de tendencia editorial legítima de derecha, un canal público en el Chile real es fundamental dada la correlación de fuerzas y las influencias de los medios particularmente en la conducción de la sociedad. Por ejemplo, hoy TVN es fundamental para cubrir las elecciones regionales y dar cobertura a todos los candidatos, sean de la región que sean o de la tendencia política que representen, y esa es nuestra misión. Por eso ya estamos preparándonos para la cobertura del siguiente proceso eleccionario, incluyendo la transmisión de las primarias legales, en junio próximo. Un proceso donde tendremos 28 foros para diputados, además de los respectivos foros presidenciales del segundo semestre. Porque aquí todos tienen su espacio, sin importar de donde vengan o a quiénes representen.
– Pero, ¿es viable mantener esta actual modelo de televisión pública, o ya se transformó en un elefante blanco que necesita transformarse y evolucionar por completo?
Es viable en la medida que mantengas la competencia en la señal principal y en la señal noticiosa 24 horas, y que financies con platas públicas todo lo demás, incluyendo la señal infantil, el archivo de medios y las señales regionales.
– Usted mencionó antes que con los actuales recursos, TVN se mantendrá al menos hasta fines de 2026. ¿Qué sucederá después? ¿Nos aproximamos a un colapso inevitable, si no se aplica un cambio urgente de generación gestión y administración de recursos?
Esa pregunta la tienen que responder el próximo gobierno y Parlamento. Si gana la derecha, creo que van a tener un debate y no podría asegurar su resultado, aunque sin duda sería complejo. Pero si gana la izquierda, garantizo que esto seguirá adelante.
– ¿Y qué se espera para este 2025 en términos de programación? ¿Habrá ajuste de contenidos en función de la realidad económica?
Sí, por supuesto, vamos a mantenernos dentro de una máxima austeridad, aunque siempre pensando en programación de calidad. Y al respecto quisiera recordarle, a quienes hablan ligeramente de “despilfarro de recursos de todos los chilenos”, que las distintas administraciones de TVN han hecho los máximos esfuerzos para bajar costos, incluyendo reducción de personal y arriendo de espacios disponibles en nuestro edificio institucional, a distintas instituciones culturales, de servicios, e incluso a productoras privadas. Pero todo eso se hace nada, porque la publicidad sigue cayendo, no solo en Chile, sino que en todo el mundo. Así que de todos modos será necesaria la inversión pública.
Ahora bien, de todos modos ajustaremos la programación para seguir recuperando audiencia en la mañana, y darle al noticiero central un buen colchón de sintonía, aunque por ahora no tengamos área dramática como otros canales. Y en ese sentido quiero recalcar que nuestro objetivo es lograr que la gente se informe de la manera más veraz y positiva posible, y entretener sin perder de vista nuestro patrimonio.
Por eso no seguimos con el Festival Viña del Mar, porque consideramos que solo dejaba pérdidas, pero sí seguiremos transmitiendo, por ejemplo, el Festival de Olmué, y además vamos a ser el canal de Lollapalooza. También transmitiremos la Noche Valdiviana, el Festival de Arica, y le seguiremos dando espacios a instituciones y ceremonias tradicionales de nuestra historia, como el aniversario de la Fuerza Aérea de Chile, el 21 de marzo; o el juramento a la bandera de las FFAA; y el aniversario de la PDI, entre otras instancias de gran significado y que nunca habían tenido espacios en la televisión abierta.
– Es decir, pese a la crisis y al escenario de incertidumbre, TVN no transa sus valores.
Por supuesto. Y el énfasis es que sigamos recuperando audiencia con mejor programación, con reubicación de los rostros, y con la máxima sobriedad y austeridad en el gasto, pero sin ser indiferentes a cómo se va a gestionar en el Congreso la solución de verdad: que el Estado de Chile se haga responsable de mantener este modelo, dado que hoy las condiciones de financiamiento de los medios televisivos cambiaron en todo el mundo. Y a quienes siguen insistiendo en clamar a los cuatros vientos que estos recursos podrían destinarse a otros fines, como Salud o Educación, les recuerdo que TVN también tiene una misión pública educativa, y que los 10.000 millones de pesos que permiten su existencia permanente, corresponden al 0,01% uno del presupuesto nacional aprobado en diciembre pasado.