- Una columna de opinión de Luis Aburto, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI e Investigador titular de Data Observatory.
Hoy se celebra el Día Mundial de la logística. Cuando hablamos de logística, pensemos en todas las decisiones y procesos relacionados con entregar el producto correcto en el momento y lugar correcto, y de la manera más eficiente posible. Dado los acontecimientos y desastres ocurridos hace algunas semanas, resulta relevante pensar en cómo reabastecer con recursos básicos y materiales de construcción, salud y bienestar a la zona afectada en la 5ta región. Esto va desde tener los productos disponibles hasta facilitar las vías de transporte y distribución para las necesidades particulares de esas zonas.
Es interesante reflexionar acerca de cómo se diseñaron regulaciones a la capacidad de las escasas vías de acceso disponibles a las zonas afectadas, a través de restricciones vehiculares y otros medios. Otro ejemplo de cómo la logística es relevante en nuestro país ha sido el cambio significativo en términos de preferencias y competitividad que ha ocurrido en la industria del retail. Antes cuando pesaba más la marca de un retail, hoy vemos lo importante que es la capacidad de despacho y respuesta rápida a los pedidos, sobre todo en el mundo online. El ejemplo lo da Mercado Libre, quien ha tomado relevancia apalancado en una excelente y afinada logística que atiende a sus clientes con estándares bastante superiores a la competencia tradicional, en tiempos de respuesta, flexibilidad, eficiencia y capacidad de devolución (logística en reversa).
Resulta relevante para mejorar la productividad del país y nuestra capacidad de exportar bienes y servicios, tener tecnología y procesos logísticos afinados para llegar de la forma más eficiente posible a los distintos consumidores. Es así como la red y capacidad vial y portuaria adquieren un rol relevante, no sólo por la capacidad sino por la eficiencia y competitividad con otros medios de transporte. En este sentido, es importante evaluar la dinámica de los distintos rubros e industrias, de modo de diseñar las cadenas de distribución de manera planificada y de acuerdo a los crecimientos. Un ejemplo de donde no ocurrió eso es en el mercado de generación y distribución eléctrica. Hoy no existen carreteras o capacidades de transmisión suficientes desde donde se genera la energía (norte del país) hacia donde se demanda (centro/sur), generando sobrecostos y excesos de oferta. En la misma línea, un aspecto relevante a futuro que tendremos será el diseño de las cadenas de distribución para distribuir y exportar el hidrógeno verde que podamos generar.
Respecto de los desafíos de corto plazo en materia logística, podemos hablar en tres términos. Primero: las personas. Es necesario que el personal que administra cadenas de abastecimiento, centros de distribución y transporte, tengan un conocimiento particular de tecnologías y herramientas disponibles, y sean capaces de combinar la teoría con la práctica de manera correcta. Hoy existe una amplia oferta universitaria de cursos, diplomados y magísteres en logística para capacitar y entregar formación de excelencia. Es necesario fortalecer y formar a nuestros colaboradores para que puedan tomar mejores decisiones operativas, tácticas y estratégicas en temas logísticos. Segundo desafío: la tecnología. Con la masificación de la inteligencia artificial y algoritmos de optimización, es tremendamente relevante incorporar estas tecnologías en los procesos de toma de decisiones logísticas. Por ejemplo, usar datos históricos para estimar cómo la demanda de distintos productos cambia ante variaciones del clima, y según eso ajustar mis decisiones de compra o stock. O bien, predecir dónde se producen quiebres de stock o cuellos de botella en las operaciones. Por último y no menos relevante, es incorporar a las personas y tecnología en el diseño de procesos logísticos eficientes, documentados, repetitivos, medibles y controlables. La artesanía, buenas prácticas y el conocimiento experto es necesario plasmarlo y documentarlo a través de herramientas de procesos. Así, construir un know-how que se transforme en activo logístico rentable, que contribuya a la productividad para las empresas, colaboradores felices con su trabajo, y clientes satisfechos con un servicio de calidad. Siguiendo este rumbo, haremos realidad el sueño de contar con cadenas de abastecimiento a la altura de un país más competitivo, eficiente y productivo.